miércoles, 23 de junio de 2010

POESÍA: Mención Especial

Autora: María Celia Lucas

Aprende de los animales de la selva...

Del tucán:
A aceptar el negro en la vida,
para poder disfrutar de los colores.
Del puerco espín:
La necesidad de la intimidad y el territorio propio,
para no herir ni ser herido.
Del picaflor:
A hacer más fecundas las cosas bellas,
cada vez que te acerques a alguna de ellas.
De la hormiga:
A ser responsable en tu trabajo,
consciente de ser uno del equipo,
y también de que él, sin tu aporte, sería menos.
De las golondrinas:
Sus vuelos y diseños, la solidaridad en momentos difíciles
y el respeto por cada una de las partes,
para que el todo de sus dibujos sea posible,
si queremos alcanzar el cielo.
De los pájaros:
A volver a empezar, cuando acaba la tormenta,
con más experiencia y sabiduría,
aunque te hayan destruido en lo más íntimo:
tu nido y tu corazón.
De las abejas:
A bailar y festejar, cada vez que logres una meta deseada,
Como cuando descubren el polen y lo comunican con su danza;
y a ser humildes como para no mezquinar conocimientos,
ni buenas noticias.
De los monos:
A ser capaces de hacer piruetas y “monadas”
para provocar sonrisas.
Y de correr el riesgo de largarse a lo desconocido
en busca de cosas mejores.
De los loros:
El poder de las palabras y cuán responsables somos,
de no volverlas vacías, destructivas, ni mentiras.
Y comprender que no es posible el diálogo,
mientras existe el monólogo.
De la coral:
Cuanto, a veces, engañan las apariencias.
De la tortuga:
Que hay que ser valientes,
para salir del caparazón y mostrarnos tal cual somos,
si es que queremos avanzar en busca de nuestro propio destino.
De las termitas.
Que es posible destruir cosas inmensas si nos hacen daños,
siempre con un trabajo conjunto.
Del cascarudo:
La capacidad de convertir, los residuos interiores,
en cosas mejores.
Del yaguareté:
A ganarte el respeto de los Otros, más por tus capacidades,
que por el miedo que puedas generar.
De las mariposas:
Que es hermoso volar juntas,
pero imposible es hacerlo atadas.
De la oruga:
Que el pasado te condiciona,
pero no te impide que te transformes en algo mejor.
Del venado:
Que tu rostro y tu mirada,
pueden comunicar sentimientos.
Aprende de ellos porque tú has tenido la oportunidad de hacerlo,
mientras ellos, en su instinto,
educan con su ejemplo.

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